Por Richard Asinof
ConvergenceRI
13 de septiembre de 2021

PROVIDENCIA - Cuando la Fundación Rhode Island convoque su reunión anual virtual el lunes 13 de septiembre por la noche, marcará el comienzo de un esperanzador nuevo año tras 18 meses muy turbulentos, un tiempo difícil marcado por la devastación y los estragos causados por la persistente pandemia de coronavirus, que ha perturbado todas las facetas del universo sanitario, cultural, económico, social y educativo de Rhode Island.

Se mire por donde se mire, la Fundación Rhode Island ha ayudado al Estado a mantenerse firme, actuando como un faro positivo que lucha contra las fuerzas centrífugas que cambiarían la órbita del Estado del Océano y separarían las cosas. Al elegir invertir en equidad sanitaria, en salud conductual, en agencias comunitarias sin ánimo de lucro y servir de pegamento para mantener unida la red de seguridad en estos tiempos difíciles, la Fundación Rhode Island ha dado un nuevo significado a la resiliencia.

Por ello, cuando la Fundación Rhode Island rinde homenaje a sus héroes comunitarios y a los donantes que han contribuido a hacer posible su labor, cabe esperar que abunden las buenas noticias, reforzando un sentimiento de esperanza en medio de todas las vidas y familias que se han visto trastornadas.

Una de las historias que se volverán a contar -o no- en la reunión anual de la Fundación Rhode Island es la de ONE Neighborhood Builders y su esfuerzo por construir su propia red WiFi gratuita para dar servicio a los residentes de Olneyville.

La iniciativa, puesta en marcha en otoño de 2020, en respuesta directa a lo que los residentes locales habían identificado como un problema importante durante la pandemia: el acceso gratuito a Internet, es una de esas grandes historias sobre la innovación ascendente en Rhode Island que impulsa un cambio positivo a nivel local, de barrio.

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